lunes, 22 de agosto de 2011


no sonríen las mañanas

Un suspiro, algunas miradas que encierran odio y lástima, puteadas, bronca, lágrimas. Así estamos, así volvemos a estar... ¿dónde quedamos?¿porqué quedamos así? y era cierto, todo lo que comienza tiene su fin: las horas, los minutos, los segundos, incluso las décadas y los siglos.

No pienso que vamos a morir a falta de agua, de aire, no pienso que vamos a morir por la deforestación ni por causas naturales, pienso que nos estamos matando unos a los otros, que no vamos a llegar muy lejos, pienso que, si seguimos así, no vamos a llegar a ningún lugar.

¡qué triste! ¿no? triste es que una chica de apenas 18 años piense que la comunidad se va a extinguir por la rabia, odio y egoísmo de la gente que la rodea... egoísmo y estupidez de la gente que la rodea. ¿dónde quedaron todas aquellas personas que dicen ser sabias?¿dónde mierda quedaron los que dicen "ayudar"?¿dónde?

Veo las cosas desde afuera y lo único que veo es una realidad triste, una realidad que me hace enojar, que me hace entristecer, una sociedad que me hace llorar de la bronca. Veo dolor, tristezas, seriedad, veo que nadie se ríe, veo que la gente no se abraza, que la gente no se toca... me pongo a mirar un poco todo mi alrededor y lo único que veo son caras tristes, caras que demuestran dolor y fragilidad.

Los chicos se sienten grandes porque las señoras tienen miedo de que, en un segundo, les roben hasta las medias; los adolescentes se sienten personas de 40 años, encerrados en cuerpos enfermos, cargados con mochilas repletas de problemas, los adultos se sienten ancianos sin ganas de vivir y los ancianos se ven dentro de un ataúd. Los profesores están resignados, los artistas se inspiran de tristeza, se contienen con drogas, se mueren por ser tan pelotudos y dejarse llevar.

¡vamos!¿qué nos está pasando?¿QUÉ NOS ESTÁ PASANDO?...

Una amiga me dice "no te sientas sola, aunque es inútil" y sí, claro que es inútil, estamos solos, nacimos solos y así vamos a morir... se supone que alguien como yo debería tener esperanzas, debería contradecir, debería ser feliz y compartir esa felicidad con cada persona que se cruce. Se supone que personas como yo deberíamos dar un poquito de nosotros para mejorar la sociedad en la que vivimos, que deberíamos enseñarle cosas buenas a quien esté dispuesto a aprender.

Tengo miedo, miedo de que el mundo no me reconforte, miedo de sentirme nada en esto que, en definitiva, sigue siendo nada... Me gustaría gritarle al mundo que busquen su felicidad, que no vale la pena lamentarse por cada error que cometen, me gustaría decirles a todos que aprendan de sus errores, que busquen oportunidades, que no se queden lamentándose, que no lloren años, que se levanten y sigan caminando. ¡por favor gente! POR FAVOR, siento que nadie quiere hacer nada para ser feliz, siento que la gente se reconforta entre problemas, que nunca van a ser felices, siento que estamos perdidos, que no queremos encontrarnos... ¡vamos, vamos, vamos! aguanten más, pongan sonrisas, ¡VAMOS! todavía estamos vivos ¿qué esperan; que sea demasiado tarde; morir? a veces pienso que sí...

Suspiro... me vuelvo una resignada más, una típica adolescente del siglo XXI: triste, angustiada, con ganas de desaparecer, ganas de que nadie me conozca; me vuelvo una más de esas personas que ponen sonrisas y, atrás, esconden ojeras, noches de llanto descontrolado, me convierto en un más porque la verdad es que solo soy una más y, seamos realistas, en la sociedad actual, ser una más simplemente es ser nada.